Inteligencia emocional y su rol en el liderazgo efectivo
¿Cómo se relacionan el liderazgo y la inteligencia emocional?
Para entender cómo están ligados estos conceptos es necesario conocer su significado. En el caso del liderazgo, este se vincula a la manera de la que una persona es capaz de influir, motivar y organizar a otros individuos para conseguir un objetivo determinado.
Mientras que la inteligencia emocional se refiere a la habilidad de una persona de comprender, utilizar y controlar sus emociones para relacionarse de mejor manera consigo misma y con quienes la rodean.
Por ello, la relación entre estos conceptos viene de la necesidad de que un líder sepa gestionar adecuadamente sus emociones, por los efectos que estas tienen en su propio desempeño laboral y en el trabajo en equipo de la empresa.
Esta materia representa uno de los grandes desafíos de las organizaciones para potenciar su rendimiento, considerando que, por ejemplo, según un estudio global de la consultora Korn Ferry, solo el 22% de 155 mil líderes tienen verdaderas fortalezas en inteligencia emocional.
Importancia de que un líder desarrolle su inteligencia emocional
Una de las habilidades directivas que poseen los buenos líderes, es saber aplicar la inteligencia emocional al dirigir un equipo. Esto les permite, por ejemplo, mantener la calma en momentos de crisis, transmitir con confianza y claridad sus ideas, reconocer las emociones de sus colaboradores, empatizar con sus necesidades y saber motivarlos ante nuevos retos.
De este modo, es posible generar un ambiente propicio para el trabajo en equipo, que implique una mayor unión y compromiso del grupo y, que, a su vez, permita que cada uno de los integrantes se sienta valorado y con la suficiente seguridad para expresar sus ideas y talentos, facilitando así, el cumplimiento de las metas comunes.
No obstante, aun muchas empresas carecen de un liderazgo efectivo en Chile. Por ejemplo, un estudio de liderazgo corporativo realizado por Cadem a trabajadores del sector privado, reveló que, en materia de claridad sobre los objetivos que deben cumplir, un 27% de los encuestados calificó como mala o pésima la entrega de una visión clara por parte de sus líderes.
Como se puede ver, el liderazgo es una de las disciplinas más relevantes en el buen funcionamiento de una empresa, por tanto, es necesario que los máximos responsables trabajen en potenciar habilidades directivas como su inteligencia emocional.